Notas

Riesgos en una cirugía de rodilla

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  • Los coágulos sanguíneos, los más frecuentes

 

Los coágulos sanguíneos son la complicación más frecuente. Estos coágulos pueden producir dolor e hinchazón en la pierna, y pueden ocasionar problemas muy graves si llegan al pulmón; en este caso el paciente puede sentir dolor en el pecho y dificultades para respirar. Su médico debe recetarle medicinas anticoagulantes para prevenir la formación de estos coágulos durante y después de la cirugía, o utilizar vendajes de compresión para evitar que se formen.

La toma de estos medicamentos anticoagulantes dura aproximadamente un mes, y con ella sólo entre 1 y 3 de cada 100 personas desarrollan coágulos en piernas o pulmones, mientras que más de 96 no tienen este problema. Además, existen pruebas de que sólo 1 de cada 2000 personas muere por un coagulo en el pulmón. Cuanto antes se levante de la cama el paciente operado, menos riesgo tendrá de desarrollar coágulos de sangre.
Los medicamentos que los médicos pueden recetar para prevenir o tratar coágulos sanguíneos tienen sus propios efectos secundarios. Mientras usted esté tomando anticoagulantes, cualquier herida puede hacerle sangrar más de lo normal. Si tiene úlceras de estómago –tal vez producidas por la misma medicación para la artrosis— pueden empezar a sangrar.
Infección

Una complicación poco frecuente pero seria después de la operación es una infección en la rodilla. La infección es más frecuente en personas con artrosis reumatoide u otros problemas médicos, y también en personas que han tenido anteriormente una cirugía de rodilla. Para prevenirla, después de la operación debe seguirse un tratamiento de al menos dos años. La infección puede suceder varios años después de la operación (aunque suele ser en los 4 primeros). Con el tratamiento adecuado, en esos 4 años menos de 1 de cada 100 personas desarrolla la infección. A los 13 años después de la operación, sólo 1 de cada 100 personas ha tenido infección de rodilla, mientras que 99 de cada 100 no la han padecido.
Después de la operación, si nota signos de infección en cualquier parte del cuerpo, como furúnculos o abscesos, o la uña del dedo gordo del pie infectada, es importante que avise a su médico.
Si se produce la infección se tratará con antibióticos, y si la infección alcanza la prótesis, será necesaria una nueva cirugía. Los médicos deben quitar la prótesis y parte del hueso, e implantar una nueva prótesis.
Otras complicaciones

Además de los coágulos de sangre y el riesgo de infección, existen otros posibles riesgos de la operación: hemorragias, lesiones en arterias, venas o nervios que estén cerca de la zona operada, dislocación de la prótesis, que una pierna quede un poco más corta que la otra, que se produzca una reacción alérgica a los materiales de la prótesis, que el dolor empeore en vez de mejorar, o que la rodilla se sienta más rígida que antes de operar. Todos estos efectos negativos son muy poco frecuentes.

Muerte
El riesgo de muerte por una implante de prótesis de rodilla es bajo, concretamente entre 0,3 y 0,7 % (a los tres meses). Esto significa que aproximadamente sólo 1 persona de cada 200 muere por complicaciones derivadas de la operación. Esto incluye muertes por problema de anestesia, coágulos en pulmones y otras causas.
Los casos de complicaciones o muerte relacionados con la operación son menores en los hospitales donde más realizan esta operación. Hay estudios que han encontrado que los pacientes que se han operado con cirujanos que practican más de 50 operaciones de prótesis al año tienen menos complicaciones.
Recuerde que aunque hay riesgos asociados a la cirugía, también hay riesgos importantes asociados a la inmovilidad y a la pérdida de actividad
Aunque la operación de implante de prótesis de rodilla se puede aplazar, la persona afectada puede volverse más inactiva, y mientras espera la cirugía puede ir perdiendo masa muscular y ganando peso a causa de esa poca actividad. Como resultado, puede que se encuentre peor de su artrosis.