El duelo de las personas que pierden a sus mascotas es tan serio o más de lo que se ve ◇ Por Karel
- En los últimos tiempos las mascotas ocupan un espacio afectivo en las personas, por lo tanto son tratados como parte de la familia. Se han vuelto fieles acompañantes de los humanos, (niños y adultos) al punto de que éstos se convierten en sus defensores. Por ello la pérdida irreparable de estos entrañables animalitos afectan seriamente a sus dueños.
Es evidente que en situaciones difíciles como los recientes aislamientos, a los que hemos sido confinados repetidas veces por la prolongada pandemia, las mascotas domésticas, en especial perros y gatos, nos ayudan a lidiar con el estrés y la ansiedad en épocas críticas como la actual, en la que nos vemos todos, amenazados por la letalidad del coronavirus.
- Hoy por hoy las mascotas han cobrado gran importancia, que la sociedad defiende sus derechos, y hay leyes que sancionan a quienes los violen. Según psicólogos, perder a una mascota es, literalmente, como perder a un ser querido. Esto se da a causa del vínculo que se va generando con ellos en el tiempo.
Los expertos afirman que las mascotas como los perros y gatos desarrollan la capacidad de empatizar con los seres humanos y captan nuestras emociones. Justamente esta capacidad es la que nos permite tener un vínculo con ellos. Por experiencia propia y por videos a través de las redes, observamos cómo los perros reaccionan ante la tristeza o situaciones de peligro que afrontan los humanos y cómo demuestran su fidelidad. Se han visto también casos de personas que prefieran la compañía de sus mascotas.
- Un estudio que realizó el departamento de Psicología de la Universidad de Nuevo México, en Estados Unidos, y publicado en la revista científica Perspectives in Psychiatric Care indicó que el más del 85% de los dueños de canes, admiten haber pasado un duelo prolongado tras la muerte de sus mascotas.
Los expertos aconsejan que los Comentarios comunes de ‘por qué sufres tanto, si es un perro no más’, ‘ya va a venir otro’ etc, se deben evitar; de hecho entorpecen el duelo y hacen que los dolientes se sientan incomprendidos.