Ni crea la Chevron que Colombia se le va a postrar de rodillas
Hemos tratado de ser consecuentes siempre con la realidad nacional, regional, departamental y local, en desarrollo de nuestra gestión política y legislativa, para guardar coherencia entre lo que decimos, proponemos y procuramos en beneficio de todos los colombianos.
En ese orden, un aspecto fundamental es guardar la compostura, no incitar a comportamientos equivocados, ceñirnos a lo que expresan nuestra Constitución y leyes, ser comedidos en el lenguaje y respetuosos incluso con nuestros contradictores más procaces.
Pero en estos instantes debo reconocer que me embarga una profunda incomodidad frente a lo que viene ocurriendo con el nuevo sistema de precios del gas natural para consumo industrial y otros sectores de la economía formal de la Costa Caribe.
Después de más de un año de discusiones van y encuentros vienen entre el Ministro de Minas y Energía, Tomás González; la Comisión de Regulación de Energía y Gas, Creg; dirigentes políticos, empresariales, gremiales y sociales, habíamos focalizado un punto en común para lograr una fórmula que restableciera canales de equidad y justicia en los nuevos rangos de precios para los contratos de largo plazo en proceso de suscripción.
Respecto de lo que va ocurrir con los usuarios residenciales y sectores de pequeños y medianos empresarios, el Gobierno Nacional propuso un plazo prudencial para llevar el tema al Consejo de Ministros de tal forma que en esa instancia se legitimara una decisión por consenso, que además reflejara la posición unificada de la administración en cabeza del Presidente Juan Manuel Santos Calderón. Queremos confiar en lo que nos ha dicho el Ministro González y esperar lo que allí se adopte.
Pero el encanto se acabó cuando se produce el quebrantamiento de lo que se había establecido, a partir de la oposición que planteó la multinacional Chevron a que el precio se fijara con base en una fórmula que le da un peso del 35% al WTI del petróleo a nivel internacional y tiene en cuenta el indicador de precios al consumidor de los Estados Unidos, lo que se traduce en una reducción del 18% en la tarifa en boca de pozo.
¿Quién es Chevron Corporation? Una compañía estadounidense, creada en 1911, dirigida durante 40 años por John D. Rockefeller bajo el nombre de Standard Oil of California. Fue la empresa más grande del mundo muchos años. En 1984 compró la Gulf Oil Corporation por 13.400 millones de dólares y cambió su nombre por el de Chevron, que en el año 2009 fue clasificada por la revista Fortune como la quinta empresa con mayor caudal monetario del mundo. Sin lugar a dudas es un gigante del sector energético internacional.
En Colombia es el mayor productor de gas natural e indiscutiblemente tiene un papel integral a la hora de satisfacer de las necesidades energéticas del país. Suscribió un contrato de asociación con Ecopetrol, a través del cual surte la mitad de la demanda de gas natural del país. Cuenta con tres campos de producción, uno de gas natural costa afuera en La Guajira y dos en la zona continental. También es uno de los principales proveedores de combustibles y lubricantes de Colombia.
Ha realizado una labor económica y social importante, que reconocemos, agradecemos y destacamos, pero la Chevron no puede estar ejerciendo una labor en la que gana cuantiosas sumas de dinero y al mismo tiempo impone sus condiciones y caprichos en contra de la estabilidad, la rentabilidad y el empleo de nuestras industrias en la Costa Caribe.
De eso creo que se puede ir olvidando la Chevron, se lo decimos con todo respeto pero de manera contundente y categórica, sin alzar la voz pero tampoco sin quebrarla. La Chevron no puede expresar en Colombia posiciones altaneras, soberbias, arrogantes ni prepotentes. Ni puede ir en contra de una región de la que ha extraído sus recursos para incrementar sus riquezas, a cambio de un servicio que nadie desconoce pero que no puede ser óbice para someternos ni humillarnos.
Lo que la Chevron debe hacer es decirle la verdad a Colombia sobre sus reales intenciones cuando exportó el gas colombiano a Venezuela, fijándole precio según parámetros internacionales que se lo entregaban al vecino país mucho más barato que a nosotros. ¿Por qué? Porque quería tener contento al entonces Presidente Hugo Chávez, con quien pretendía cultivar sus intereses petroleros en Venezuela.
Entonces, que la Chevron no nos venga ahora con cuentos chinos ni con mensajes irrespetuosos a través de los gremios energéticos que maneja en el país. La invitamos a que recapacite y por el bien de todos reconozca el acuerdo que hemos logrado para un precio del gas natural más justo. Ese puede ser su mejor acto de responsabilidad social con el país y un aguinaldo apropiado para la época. Pero que no crea la Chevron que Colombia se le va a postrar de rodillas. Por favor visite www.josedavidname.com o escríbame a jname@josename.com