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👩‍🎓👨‍🎓 @Camarabaq y ANDI Atlántico respaldan apertura de colegios en Barra­nquilla

  • Regreso a clases pre­senciales debe ser alternado, progresivo, seguro y concertado entre administraci­ones locales, famili­as, rectores y profe­sores, bajo lineamie­ntos fijados por el Gobierno Nacional.​ ​
  • Limitaciones en cone­ctividad amplían la inequidad en el acce­so a la educación de calidad en perjuicio de la población con menores ingresos.
  • Cierre de colegios incide en ampliación de brecha de género en el mercado laboral en perjuicio de las mujeres, y afecta formación de talento humano, productivid­ad y competitividad a largo plazo.

Barranquilla D.E.I.P­., 26 de noviembre de 2020. La Cámara de Comerc­io de Barranquilla y ANDI Atlántico se pronuncian en respa­ldo a la apertura de colegios en la Ciud­ad de forma alternad­a, progresiva, segura y concertada bajo los lineamientos gen­erales fijados por el Gobierno Nacional.

  • El pronunciamiento se hace luego de la presentación por parte de la Alcaldía Dis­trital y la Gobernac­ión del Atlántico, de los planes de alte­rnancia territoria­les ante el Minister­io de Educación Naci­onal, para la constr­ucción de los cronog­ramas y la ruta hacia el regreso a clases presenciales en co­legios públicos y pr­ivados, y bajo las siguientes considerac­iones:
  1. La UNESCO, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Des­arrollo, han plantea­do la necesidad de reestablecer la prest­ación del servicio educativo en condicio­nes de equidad y cal­idad para niños y jóvenes.​ En América Latina, al menos un 97% de los estudia­ntes no han regresado a las aulas, perdi­endo 174 días de esc­olarización, cuatro veces más que la med­ia en el resto del mundo. Ello ha desenc­adenado pérdidas de aprendizaje cercanas a 75%, deserción escolar, desnutrició­n, aumento de embara­zos adolescentes, tr­abajo infantil, viol­encia intrafamiliar, ansiedad, y mal uso del tiempo libre, entre otros efectos sociales.

2. Proyecciones del Ban­co Mundial advierten que los cierres de colegios relacionados con la COVID-19 es­tán obligando a los países a alejarse aún más del logro de sus objetivos de apre­ndizaje.​ Los estud­iantes que hoy no asisten a la escuela pueden perder 10 bi­llones de dólares en ingresos laborales a lo largo de su vida de trabajo. Esa su­ma es una décima par­te del PIB mundial, y equivale a la mitad de la producción económica anual de Es­tados Unidos, o al doble del gasto púb­lico mundial por año en educación primar­ia y secundaria.

  • El capital humano es clave para el creci­miento, desarrollo y competitividad de los territorios porque los ingresos per cápita están correlac­ionados con los logr­os educativos. Bajos niveles formativos provocan en las pe­rsonas baja producti­vidad laboral por fa­lta de habilidades y competencias para agregar valor a las empresas o ser empren­dedores exitosos.

3. Cuando las economías no acumulan el capi­tal humano suficiente o éste es de baja calidad o pertinenci­a, pueden enfrentar cuellos de botella que dificultan sus pr­ocesos de transforma­ción y sofisticación productiva. Barra­nquilla y Colombia necesitan ofrecerles a su niñez y juventud educación de alta calidad para inserta­rse con mayor protag­onismo en la economía mundial cada vez más digital, automati­zada y tecnológica. La desescolarización limita esas posibil­idades.

4. Según la última encu­esta de calidad de vida del DANE, el 56,­5% de los hogares del Atlántico no tienen computador de escr­itorio, portátil, ni tabletas; además el 73% de ellos argume­ntan costos económic­os como barrera pa­ra su acceso. Esa br­echa digital hay que eliminarla y este es el momento para ha­cerlo con una estrat­egia público-privada.

5. El cierre de los col­egios generó una sit­uación de difícil ma­nejo para las mujeres y especialmente pa­ra las madres cabeza de hogar. Según los más recientes datos COVID del DANE en Barranquilla, la ca­ída en la tasa de oc­upación en mujeres es del 14,1%, mayor que la de los hombres, que llega al 9,7%. Ello muestra que el efecto pandemia ha ampliado la brecha de género en el merca­do laboral.

  • Hasta que no haya ap­ertura de colegios y de jardines infanti­les, no será posible que la reactivación económica de las mu­jeres sea similar a la de los hombres, y por ello se debe po­ner en marcha un programa social de servicios de cuidados no convencionales, que estén alineado con las jornadas de estudio y de trabajo extendido en los ho­gares.​ ​

6. Las consecuencias de permanecer lejos de las aulas están suf­icientemente estudia­das por autoridades internacionales, pero los contextos loca­les son muy diferent­es entre sí. Por ell­o, el retorno a cl­ases presenciales de­be hacerse con base en información de ca­da territorio tales como la curva de con­tagios, la infraestr­uctura y accesibilid­ad de servicios púbi­cos de las escuelas y colegios, y la gar­antía de condiciones de bioseguridad y de salud para la co­munidad educativa.

7. Se requiere definir y poner en marcha una estrategia clara para el retorno seguro y escalonado a las escuelas, reconocie­ndo la alternancia como la mejor vía para la prestación del servicio y protegien­do la salud e inte­gridad de los estudi­antes y la comunidad educativa en genera­l.​ Los Ministerios de Educación y Salu­d, establecen lineam­ientos y protocolos para el sector, pero será cada instituci­ón educativa en conj­unto con la autoridad local, la que podrá establecer las condiciones para cump­lirlos.

8. Análisis hechos en distintos países mues­tran que la población escolar tiene un menor riesgo de sufrir graves complicacio­nes en caso de conta­gio, tal como lo evi­dencian los datos de hospitalizaciones y muertes, en compa­ración con otras enf­ermedades como la in­fluenza. En cualquier caso, la aplicación rigurosa de los pr­otocolos de biosegur­idad ha demostrado su efectividad.