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Por qué los japoneses son ejemplo mundial de civismo y de buenos modales 

Por Eco

  • El  comportamiento sociocultural del equipo japones y sus comitivas durante el Mundial en Qatar, ha sido admirado y destacado por su civismo y sus buenos modales, que implican tolerancia, limpieza y  respeto por las personas y la naturaleza, valores fundamentales constituidos en el sistema de formación nipón.

Las fanaticadas mundialistas, asistentes y televidentes, observan admirados, que después de cada partido, los japoneses recogen en bolsas, la basurilla que dejan en las gradas. El gesto demuestra, sin duda alguna, un detalle del alto nivel de educación de los nipones, digno de imitar.

  • En realidad sus manifestaciones de formación y comportamiento son ejercidas de manera  natural, porque son aprendidas desde su niñez.

De acuerdo con profesionales en docencia del país asiático, el civismo y los buenos modales se deben generalmente a la educación recibida en los colegios del país que consideran  que “la enseñanza no solo se basa en lo que está escrito en los libros, se fundamenta también, en el aprendizaje experimental de “cuidar de ti mismo y de tu entorno, y convertirte así, en un miembro valioso para la sociedad”.

  • El origen del sistema eseñanza-aprendizaje proviene del periodo Meiji, através  del cual Japón luchaba por lograr la paridad económica y militar con Occidente. Por ello optaron por una educación centralizada, importante para la modernización del país. Y  ese proyecto resultó exitoso.

Hoy en día  su sistema educativo ha sido, y es, la “columna vertebral” del país  desarrollado que es hoy, que ostenta un sistema educativo de los más altos entre los países de la OCDE.

  • A los niños japoneses se les enseña a desarrollar una independencia moderada y organizada, en la que se incluye  instrucciones, cómo por ejemplo: ir solos de casa al colegio de una manera segura, de cómo empacar y cuidar sus cosas, y cómo  realizar algunas tareas cotidianas con responsabilidad y diligencia en casa y en la escuela. Es parte de la rutina, no es un castigo. Lo hacen juntos y nadie se queja por ello. Así aprenden a cuidar el espacio en el que habitan, y a prepararse responsablemente para el futuro.

Fotos: Prensa Libre, Neta Noticias

Diciembre 7, 2022

(Fin)