Nuestra papa americana que salvó a Europa de hambrunas, es reina en la mesa y la cocina
- ¡A comer papa! Además de rica y nutritiva es medicinal
- Con la llegada de Cristóbal Colón al Nuevo Mundo, la papa era usada en América como alimento, miles de años antes de nuestra Era. Tras el descubrimiento del nuevo continente varios productos de la tierra americana se difundieron por Europa, y en algunos casos llegaron a ser centrales en su consumo y claves para su supervivencia: el azúcar de caña, el cacao, el tabaco, el tomate…. y la reina: la papa.
- La papa no tuvo una bienvenida muy entusiasta. Para el año de 1573 la papa ya vivía en tierras europeas, pero aún no era considerada digna de sus mesas. Fue gracias a la llegada de Parmentier, un exprisionero de la “Guerra de los 7 años”, que la papa ocupa las mesas europeas. En aquella época se acostumbraba darles a los presos papas para comer ya que se creía que estas eran venenosas y la realidad era que en lugar de morir, los prisioneros vivían y se nutrían con el tubérculo.
A través de los siglos pintores famosos han dado testimonio a través de sus lienzos de la siembra de la papa como alimento primordial para apaciguar la hambruna.
- Antes de que la papa se difundiera masivamente en Europa, o sea, hasta el siglo XVIII, bastaba una mala cosecha para provocar hambruna. Y, con la hambruna, venían los disturbios, los saqueos, la violencia.
En Francia, el clásico pastel de papa, se llama Hachis Parmentier: es en homenaje a Antoine Parmentier, el visionario que descubrió las enormes ventajas que tendría su cultivo y logró convencer de ello a sus compatriotas.
- Ahora, Parmentier ha sido reivindicado por un estudio realizado por economistas de Harvard, de Northwestern y de la Universidad de Colorado, publicado por el National Bureau of Economic Research, que confirma el papel apaciguante de la papa en las sublevaciones y conflictos europeos.
Para los autores del estudio, si bien hubo grandes conflictos sociales y políticos, como la Revolución Francesa o la guerra civil entre parlamentarios y monárquicos en Inglaterra, su frecuencia disminuyó. “La introducción de la papa redujo los conflictos de manera permanente durante cerca de dos siglos”, concluyen.
- La papa permitió producir un mayor número de calorías por hectárea y en consecuencia abarató la tierra y disminuyó el afán guerrero por acapararla. Al aumentar la productividad de los campesinos y granjeros, también aumentaron sus ingresos y por lo tanto para llevarlos a guerrear había que ofrecerles una paga mayor como soldados. Finalmente, los campesinos mejor alimentados ya no eran tan susceptibles de dejarse llevar por la ira e ir a cortar cabezas de aristócratas terratenientes.
En Inglaterra y en Francia las cosas nos fueron tan sencillas. En el primer caso, la papa fue víctima de la grieta religiosa: los protestantes recibieron su llegada como una maniobra de los católicos vaya uno a saber con qué siniestro fin. “¡No a la papa! ¡No al papismo!”, era el grito de guerra. Pero la resistencia no duró demasiado: los encantos de la papa eran difíciles de resistir. Pensemos que, antes de ella, se comía nabo que, como su nombre lo indica, es tonto y desabrido En el caso de Francia, el mérito fue, como se dijo, de Antoine Parmentier que hoy es casi un prócer.
- La papa desde tiempos antiguos es usada para fines medicinales y terapéuticos, porque contiene cantidades variables de proteínas, minerales, vitaminas como la C, riboflavina, tiamina y niacina. Algunos de los minerales que posee son calcio, potasio, fósforo y magnesio. Gracias a que es una fuente importante de potasio y muchos minerales, la papa funciona como combustible en nuestro organismo dotándonos de energía.
Curiosamente en los mercados europeos ofrecen una mayor variedad de papas que la que pueden encontrarse en muchos países sudamericanos, donde es un producto autóctono.
En la gastronomía actual incluye más de fos mil recetas con papa.
En los siguientes videos algunas,deliciosas. ¡A comer papa!