Mujeres afganas temen severas restricciones bajo el Gobierno talibán
- Entre 1996 y 2001, los talibanes en el Gobierno impusieron una visión ultraortodoxa de la ley islámica que impedía a las mujeres estudiar o trabajar, salir de casa si no eran acompañadas de un miembro masculino de su familia y obligadas a llevar el burka (velo integral) en público.
Las flagelaciones y ejecuciones, incluso la lapidación por adulterio, eran prácticas habituales en las plazas y estadios de sus ciudades.
- En la restricción en que las mujeres no pueden realizar actividades fuera de casa sin compañía de un pariente de género masculino cercano, éste debe ser el esposo, padre o hermano.
Tampoco pueden asistir a instituciones educativas, sólo a centros religiosos talibanes. No se les permite reír fuerte, ya que ningún hombre extraño debe escuchar la voz de la mujer. No deben aparecer en ningún medio como la radio o la televisión, y tampoco pueden participar en reuniones públicas.
- Tienen prohibido tener relaciones sexuales fuera del matrimonio; si esto sucede son sometidas a lapidación pública. No pueden usar ropa de colores vivos porque, al igual que el maquillaje, es considerado “sexualmente atractivo”; se les impide realizar deportes y no pueden montar en bicicleta o moto, y no tienen permitido trabajar fuera de las actividades domésticas. Actualmente la línea oficial talibán establece que las mujeres pueden trabajar y educarse, pero solo “dentro de los límites de la ley islámica y la cultura afgana”.
En el 2001, los talibanes se marcharon de Afganistán; sin embargo la situación, sobre todo en las zonas rurales, no mejoró sustancialmente para las mujeres.
- Ahora con el regreso definitivo de los talibanes, las mujeres afganas temen que vuelva a imponerse la severidad de las normas mencionadas, pese a que los talibanes afirmaron en varias ocasiones, que respetarían los derechos humanos si regresaban al poder en Afganistán, enfatizando en los de las mujeres, pero de acuerdo con los “valores islámicos”.
Las afganas, especialmente aquellas que durante dos décadas pudieron ir a la universidad, ocuparon cargos de responsabilidad, sobre todo en política, en el periodismo e, incluso, en el Poder Judicial y las fuerzas de seguridad, se mantienen alerta ante la decisión de los talibanes.
El Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, declaró estar “horrorizado” por “ver cómo desaparecen los derechos tan duramente conquistados por las niñas y mujeres de Afganistán”.