Mensaje del Papa con acentuada carga política en su homilía Pascual
- Apeló a los países del mundo a la solidaridad y a la unión contra la Pandemia del COVID -19.
“Este no es el tiempo de la indiferencia porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para vencer la pandemia”, dijo Francisco en su mensaje pascual. Asimismo pidió reducir o condonar la deuda a los países más pobres y “soluciones prácticas e inmediatas” para Venezuela.
“Que conceda su consolación y las gracias necesarias a quienes se encuentran en condiciones de particular vulnerabilidad, como también a quienes trabajan en los centros de salud, o viven en los cuarteles y en las cárceles”.
Invitó a todos, que permanecen en sus casas por aislamiento social , a la reflexión y al disfrute de la compañía de sus familiares: “Es para muchos un tiempo de preocupación por el futuro que se presenta incierto, por el trabajo que corre el riesgo de perderse y por las demás consecuencias que la crisis actual trae consigo”.
“Este no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia”,afirmó, al exhortar que Jesús resucitado conceda esperanza “a todos los pobres, a quienes viven en las periferias, a los prófugos y a los que no tienen un hogar”.
Llamó especialmente a Europa, en este momento dividida entre los países del sur, como Italia y España que claman por coronabonos para enfrentar la emergencia, y los del norte como Holanda y Alemania, que se oponen, a la unidad. “Después de la Segunda Guerra Mundial, este amado continente pudo resurgir gracias a un auténtico espíritu de solidaridad que le permitió superar las rivalidades del pasado. Es muy urgente, sobre todo en las circunstancias actuales, que esas rivalidades no recobren fuerza, sino que todos se reconozcan parte de una única familia y se sostengan mutuamente. Hoy la Unión Europea se encuentra frente a un desafío histórico, del que dependerá no sólo su futuro, sino el del mundo entero”, advirtió.
Al recordar que tampoco es tiempo de división, llamó a “un alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo, a no fabricar ni vender más armas y a poner fin a añejos conflictos”.
Pidió además por los numerosos migrantes y refugiados del mundo. Y por Venezuela: “Que el Señor permita alcanzar soluciones prácticas e inmediatas en Venezuela, orientadas a facilitar la ayuda internacionala la población que sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria”, solicitó.
“Queridos hermanos y hermanas: Las palabras que realmente queremos escuchar en este tiempo no son indiferencia, egoísmo, división y olvido. ¡Queremos suprimirlas para siempre!”
“Que sea el Señor Jesús quien triunfe en nuestro corazón y en nuestra vida. Que él, que ya venció la muerte abriéndonos el camino de la salvación eterna, disipe las tinieblas de nuestra pobre humanidad y nos introduzca en su día glorioso que no conoce ocaso. Con estas reflexiones, les deseo Feliz Pascua”.
Finalmente el Papa impartió la bendición “urbi et orbi”, a la ciudad y al mundo.