Los cubanos reciben con vítores el primer crucero desde Miami
14ymedio organo independiente editado desde Cuba
El reloj marcaba las nueve de la mañana cuando elcrucero Adonia entró a la bahía de La Habana. Decenas de personas recibieron con entusiasmo al primer barco de recreo que llega a la Isla desde Miami en los últimos 50 años. Sin una convocatoria oficial ni llamados a congregarse en el lugar, los cubanos dieron la bienvenida a la embarcación.
En el crucero, de la firma estadounidense Carnival, viajan unas 700 personas, entre ellos una docena de cubanoamericanos. Se trata de un hecho sin precedentes. En 1999, el Gobierno decretó la prohibición a los cubanos de entrar o salir por mar del territorio nacional.
La llegada a la Isla del crucero ha estado marcada por la polémica. Miembros del exilio cubano en Miami presentaron una demanda ante la compañía de cruceros Carnival, la más grande del mundo, por discriminación, cuando anunció que para su nueva ruta a Cuba no vendería boletos a cubanoamericanos.
Un individuo con una bandera estadounidense fue apartado de la multitud por un grupo de personas con apariencia de miembros de la Seguridad del Estado
Las protestas llevaron al gigante de los viajes marítimos de recreo a rectificar su decisión, y el pasado 18 de abril anunció que no haría distinciones, por lo que todos los pasajeros eran bienvenidos sin limitaciones por su origen. El Gobierno cubano también rectificó y permitió que los cubanoamericanos pudieran llegar por mar a la Isla.
Los viajeros del Adonia solicitaron visas con fines culturales, deportivos, religiosos o académicos, dadas las restricciones vigentes en Estados Unidos sobre los viajes de turismo a la Isla. El crucero visitará también la bahía de Cienfuegos, en la costa sur del país, y la de Santiago de Cuba, en el oriente de la Isla.
La espontánea bienvenida de este lunes a los viajeros del crucero ocurre 24 horas después del desfile de confirmación y compromiso revolucionario del primero de mayo en la Plaza de la Revolución.
En el muelle flotante del Paseo de Paula, recién inaugurado, hubo manos agitadas para saludar y lágrimas de emoción. Es un acontecimiento que marca un antes y un después en la larga separación de la familia cubana.
Un individuo con una bandera estadounidense fue apartado de la multitud por un grupo de personas con apariencia de miembros de la Seguridad del Estado, según pudo comprobar este diario.
La gente se aglomeró también en los alrededores del Muelle de Caballería, hasta los almacenes San José, donde en la actualidad se ubica un gran mercado de artesanías y souvenirs. Desde allí muchos lanzaron gritos de alegría, captaron la histórica imagen con sus cámaras digitales y teléfonos y ondearon banderas de Cuba y EE UU.
Los pasajeros a bordo del crucero bajarán pasado el mediodía, según información brindada por una trabajadora de la Aduana. La empleada aseguró que serán sometidos a “un riguroso control los cubanos y demás tripulantes” para verificar sus visados de acceso al país.