Las víctimas en el centro del homenaje
“Yo quisiera pedirles a las víctimas aquí presentes que se pongan de pie para que reciban el homenaje que merecen”: Presidente Santos
• Con estas palabras el Jefe de Estado rindió un homenaje a miles de víctimas que ha dejado el
conflicto armado en el país, al recibir el Premio Nobel de Paz 2016
“Yo quisiera pedirles a las víctimas aquí presentes –en representación de las víctimas del conflicto armado en Colombia– que se pongan de pie para que reciban el homenaje que merecen”.
Con estas sentidas y emotivas palabras y rompiendo el protocolo que rige la Ceremonia de la entrega del Premio Nobel de Paz, en Oslo, el Presidente Juan Manuel Santos dio paso al momento más emotivo de su discurso, al hacerle un homenaje a las miles de víctimas que ha dejado el conflicto armado colombiano.
Y es que justo estaba en la mitad de su discurso, cuando el Jefe de Estado les solicitó a sus siete invitados en representación de las víctimas colombianas que se pusieran de pie para recibir el homenaje.
El reloj marcaba las 8:05 am en Colombia y en Noruega ya era de tarde, cuando se pusieron de pie en el auditorio la antioqueña, Pastora Mira García; el chocoano, Leyner Palacios; la líder indígena caucana Liliana Pechené, la vallecaucana Fabiola Perdomo, las bogotanas, Ingrid Betancourt y Clara Rojas; y el escritor antioqueño Héctor Abad Faciolince.
Y no era para menos. Estaban en representación de las miles de víctimas que ha dejado los cinco decenios de conflicto armado que ha vivido el país.
Al unísono, los invitados aplaudieron por más de un minuto a estos héroes anónimos que han estado en el centro del conflicto.
Y fue ahí cuando estas víctimas se tomaron de la mano y en cadena hacían una venia por los halagos recibidos. Las cuatro mujeres elevaban sus miradas al cielo y sin pronunciar una sola palabra, agradecían de una forma muy emotiva, la ovación recibida. Los dos hombres también sonreían y miraban asombrados este sentido homenaje.
En el auditorio, todavía sonaban los aplausos.
Sin duda alguna, los corazones de miles de ciudadanos que seguían la transmisión por televisión e internet en ese momento sintieron el amor de patria que los embargaba.
Acto seguido, seis de los homenajeados se sentaron, y uno solo quedó de píe, el chocoano Leyner Palacios.
Y se quedó de pie por un motivo: el sentido homenaje que le hizo el Mandatario al mencionar en su discurso las causas que lo llevaron a ser una víctima.
“Leyner Palacios es una de estas víctimas. El 2 de mayo de 2002, un mortero rudimentario lanzado por las Farc, en medio de un combate con los paramilitares, cayó en la iglesia de su pueblo –Bojayá–, donde sus habitantes habían buscado refugio”.
Y agregó: “Murieron cerca de 80 hombres, mujeres y niños, ¡la mayoría niños! En cuestión de segundos, Leyner perdió a 32 familiares, incluidos sus padres y tres hermanos menores. Las Farc han pedido perdón por este hecho atroz, y Leyner, que ahora es un líder comunitario, los ha perdonado”, anotó el Presidente.
Y fue este el momento de más ovación, entre el público y la víctima.
Leyner miró hacia el cielo y como dando gracias inclinó su cabeza varias veces hacia el público que lo miraba con ahínco.
El contraste de su impecable guayabera blanca y su tes morena, hacía juego con sus ojos brillantes que denotaban felicidad, pues los aplausos continuaban y hasta lo contagiaron a él mismo.
Al sentarse, un abrazo con dos de sus compañeras, la indígena Liliana Pechené y Clara Rojas, sellaba el sublime acto que quedará para la memoria, el día en que el mundo reconoció a las víctimas.
(Fin/vhg/gta)