Latinoamérica y el Caribe consagrados a la virgen de Guadalupe contra el COVID 19
- La consagración se llevó a cabo este domingo de resurrección desde la Basílica de Guadalupe
Este Domingo de Resurrección se realizó la Consagración de América Latina y El Caribe a Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América, para pedirle por la salud del mundo y el fin de la pandemia del COVID-19.
“Todos los pueblos de América Latina y el Caribe se unieron a esta Consagración a la Virgen, poniéndonos bajo su mirada amorosa en estos momentos difíciles”, fue la invitación del Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte para consagrar a todos los pueblos de América Latina y El Caribe a Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América, y pedirle por la salud del mundo y el fin de la pandemia del COVID-19.
Acto de Consagración a Nuestra Madre
Esta iniciativa del CELAM, en unidad con los Obispos de México, se realizó este Domingo de Resurrección, 12 de abril, en la Basílica Nacional de México a las 12:00 del mediodía (hora de México). La Consagración fue acompañada por el sonido de las 12 campanadas en las Catedrales y templos de América Latina al mediodía, momento en que se inició el rezo del Santo Rosario Misionero ofrecido por la salud de las personas de los cinco Continentes.
Esta es la Oración de Consagración a la Virgen de Guadalupe
“Santísima Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quien se vive. En estos momentos, como Juan Diego, sintiéndonos “pequeños” y frágiles ante la enfermedad y el dolor, te elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti”.
Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables: los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar, los privados de su libertad. Acudimos a tu inmaculado Corazón e imploramos tu intercesión: alcánzanos de tu Hijo la salud y la esperanza.
Que nuestro temor se transforme en alegría; que en medio de la tormenta tu Hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad; que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia.
Santísima Virgen María, “Madre de Dios y Madre de América Latina y del Caribe, Estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos”, sé fortaleza de los moribundos y consuelo de quienes los lloran; sé caricia maternal que conforta a los enfermos; sé compañía de los profesionales de la salud que los cuidan; y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura en cuyos brazos todos encontremos seguridad.
De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles en Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos”.
Amen