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La futura reina de Holanda sigue amenazada de muerte, encerrada en su palacio

  • Amalia y el primer ministro de Países Bajos están amenazados por el crimen organizado, lo que ha obligado a la princesa a encerrarse en el palacio y renunciar a parte de su vida social

Cuando fue presentada al Consejo de Estado a finales del año pasado, en cuanto cumplió los 18 años, Amalia ya admitió que era consciente de que estaba empezando una nueva etapa de su vida que la iba a preparar como futura jefa de Estado.

“Es ligeramente diferente a las (vidas) de mis compañeros, pero supimos durante dieciocho años que esto acabaría pasando”, reconoció, mirando a sus padres.

Pero las circunstancias actuales pesan mucho más que la responsabilidad de saberse la futura heredera del trono neerlandés, puesto que las amenazas y sus consecuencias afectan a la joven en un momento especial de su vida.

“Dentro de la familia real, se habla de este período como los años en los que todavía tienes algo de libertad”, aseguró Peter Rehwinkel, quien escribió recientemente un libro sobre la joven Amalia.

Cree que Guillermo Alejandro y Máxima quieren que su hija, “como cualquier chica de casi 19 años, pueda extender sus alas, especialmente con toda la presión que lleva sobre sus hombros”, pero su seguridad está por encima de todo eso.

 

  • De momento, solo puede esperar y seguir con sus estudios. Por los medios neerlandeses han pasado estos días expertos de toda índole, incluidos psicólogos, que han remarcado el golpe que suponen estas amenazas en la vida de Amalia. “Pasas de niño a adulto, descubriendo cada vez más quién eres y qué representas, es un tiempo para sentar las bases, junto con tu juventud, de quién serás por el resto de tu vida”, dijo la psicóloga Najla Edriouch a la televisión pública NOS. Se espera que Amalia reciba ayuda psicológica para poder sobrellevar las consecuencias de una restricción radical de la movilidad y los contactos social
Su nombre apareció de repente este verano en unas conversaciones entre miembros del crimen organizado que fueron interceptadas por la policía neerlandesa. Amalia, la princesa heredera al trono de los Países Bajos, podría ser objetivo de los narcotraficantes más peligrosos que ha conocido el país en años.
  • Las autoridades se han tomado en serio estas amenazas de posible secuestro o ataque porque conocen a estos grupos y a su líder, y saben que no se andan con bromas. El año pasado un reportero de investigación recibió varios balazos en pleno centro de Ámsterdam, a plena luz del día, después de años en el punto de mira de los criminales
Amalia es una joven de 18 años a la que sus padres han intentado garantizar desde su nacimiento una vida lo más ordinaria posible y alejada de los focos para que pudiera ser una amiga más de sus amigos y una compañera más de sus colegas de clase, dentro de las circunstancias en las que ha nacido. Pero ahora, de repente, ha tenido que recluirse en la residencia oficial de sus progenitores, los reyes Guillermo Alejandro y Máxima, en La Haya y cambiar radicalmente la vida que había mantenido hasta ahora.
  • Sus planes antes de verano eran mudarse a una habitación compartida en la capital neerlandesa, cerca de la Universidad de Ámsterdam, donde estudia Política, Psicología, Derecho y Economía.
 Preguntada por esta cuestión, la abogada de Taghi, Inez Weski, ha negado la mayor. “La idea de que mi cliente quiera hacerle daño a la princesa es completamente absurda” y la información difundida es “falsa e infundada”, según ella. “Simplemente se afirma que mi cliente Taghi odia a la sociedad neerlandesa. Una afirmación muy extraña y frívola que parece querer movilizar a la sociedad en su conjunto contra el cliente”, en opinión de Weski.
  • Taghi fue detenido en 2019 en Dubái y está ya en Países Bajos como uno de los principales acusados de un importante juicio contra 18 personas por una serie de asesinatos e intentos de homicidio durante la guerra entre grupos organizados, conocidos como la Mocro Mafia.
 Lo que está claro es que la princesa Amalia no puede salir de casa por razones de seguridad, según confirmaron los propios reyes Guillermo Alejandro y Máxima cuando atendieron a la prensa durante su visita de Estado a Suecia la semana pasada. Lo confirmaron casi un mes después de que ‘De Telegraaf’ diera la noticia de que Amalia no ha podido irse a vivir a Ámsterdam porque está amenazada por el crimen organizado.
“Es posible que ya lo hayáis escuchado, pero Amalia ahora no puede vivir en Ámsterdam. Eso tiene enormes consecuencias para su vida porque eso significa que no puede llevar una vida de estudiante como los demás y que en realidad no puede salir”, aseguró Máxima. “Estoy muy orgullosa de cómo lo está gestionando”, aplaudió. Pero “no es agradable ver a tu hija en esa situación”.

Además de alarmar a un país nada acostumbrado a ver a sus figuras públicas rodeadas de equipos de seguridad, también ha supuesto una ola de apoyos a Amalia: desde la sociedad, el Parlamento o el Gobierno hasta las Fuerzas de Seguridad.

“Esto es realmente malo. La princesa heredera, de quien nuestro país exigirá mucho en el futuro, no puede desarrollarse en paz y seguridad”, lamentó el diputado progresista Jan Paternotte. El primer ministro consideró la noticia como “terrible” y la ministra de Justicia prometió que todo el mundo está “trabajando muy duro” para garantizar su seguridad. Amalia solo sale para ir a clase en Ámsterdam, así que “las consecuencias (de las amenazas) son muy duras para ella”, según su madre, la reina Máxima.

Peter Schouten, abogado de un testigo protegido contra Taghi, considera “bastante plausible que alguien que es líder de una gran banda de narcotraficantes quiera infundir miedo”. El periodista De Vries, asesinado el año pasado, tenía una relación de confianza con este mismo testigo protegido que ahora defiende Schouten. Por eso solo circula con guardaespaldas las 24 horas del día. Sin embargo, considera “terrible” que Amalia esté en el centro de las amenazas.

“Amalia no ha elegido esto, a pesar de ser la heredera del trono, pero profesionales como yo hemos optado por ese trabajo, por lo que no debemos quejarnos”, añadió. Desde su propia experiencia, confía en que la joven está protegida y dice que los servicios de seguridad neerlandeses son “extremadamente profesionales” y están “muy bien capacitados”.

La realidad es que el paso de Amalia por la universidad no podría haber empezado con peor pie. La princesa tuvo que renunciar en agosto a ser miembro de la asociación de estudiantes de su universidad, la ASC/AVSV, algo que todos sus predecesores habían hecho como tradición familiar.

  • La decisión la tomó después de que salieran a la luz unos vídeos en los que varios miembros de la asociación hablaban de las mujeres como unos “cubos de semen” y sugirieron “romper el cuello de las mujeres para penetrarlas”. Unas afirmaciones que escandalizaron al país y de las que Amalia quiso distanciarse renunciando a su plan de pertenecer a la asociación de estudiantes de su facultad, limitando entonces su vida social.

El primer ministro consideró la noticia como “terrible” y la ministra de Justicia prometió que todo el mundo está “trabajando muy duro” para garantizar su seguridad.

Amalia solo sale para ir a clase en Ámsterdam, así que “las consecuencias (de las amenazas) son muy duras para ella”, según su madre, la reina Máxima.

 

VANITATIS

Octubre 23, 2022

(Fin)