• Dice la leyenda que en la primavera de la Grecia Clásica se celebraban las fiestas en honor a la diosa Afrodita haciendo alusión a su nacimiento, y para ello, se escogía una joven y bella griega que pudiera liderar el evento.

Se dice que Friné soñaba con ser algún día la Afrodita elegida y, la suerte la acompañó en su sueño, pues viviendo en el campo con sus padres, fue descubierta por el escultor Praxílates,  convirtiéndola en la más bella Afrodita de Atenas, representando por varios años el nacimiento de la diosa en el Templo.

 

 

 

• Empero, la belleza física, a la postre, es cuchillo de dos filos; Friné fue acusada por el delito de impiedad al pretender compararse  con la venerada Afrodita, un delito que en Grecia se consideraba gravísimo, al punto de tener por castigo la muerte.

Eutias, admirador rechazado por Frine’, la denunció por “impiedad” al haber  profanado la sacralidad de los misterios de Afrodita. La denuncia fue presentada ante el Tribunal de los Jueces del Areópago de Atenas. Para Eutias, Friné corrompía con su representación de diosa, a los varones ilustres de la ciudad.

• La hermosa joven llevada a juicio, fue defendida en los estrados por Hipérides, un prestigioso orador y abogado, quien ante la insensibilidad de los jueces que no se mostraban convencidos de sus argumentos, desnudó el torso de la joven en el momento en que deliberaban para condenarla o absolverla, y señalando a la joven desnuda, exclamó: “¿Cómo puede ser impía una mujer que tiene formas de diosa? ¿Acaso pueden estar seguros los miembros de este Tribunal de que tienen autorización de los dioses para destruir una belleza semejante? Piedad para la belleza”. El Tribunal ante el asombroso parecido de Friné con la diosa Afrodita, la absolvió por unanimidad.