• Durante foro con expertos internacionales, en Cartagena, manifestó que el Gobierno Nacional está manos a la obra, para sacar adelante este importante proyecto, que tiene alcance en tres departamentos.

• Hizo énfasis en que se contratará mano de obra local, para la construcción del Canal, de la mano de otros compromisos sociales.

• La alta funcionaria señaló que el Dique será más que un exponente de ingeniería; también reactivará la pesca, el comercio y el turismo en los 20 municipios de la zona, que tienen niveles de pobreza superiores al 30%.

• La licitación se abrirá el próximo año y, una vez firmado el contrato, la obra arrancará 18 meses después.

• Cartagena, Bolívar. 7 de diciembre de 2020 (@ViceColombia) El Canal del Dique, la megaobra de la próxima década, que está ad portas de ser realidad, convocó –este lunes- a connotados expertos de diferentes países, que hicieron aportes, desde experiencias internacionales, para ultimar detalles de este proyecto, que saldrá a licitación el próximo año, y que llevará desarrollo social y económico a 20 municipios de tres departamentos.

La Vicepresidente Marta Lucía Ramírez lideró este espacio analítico, desde Cartagena, y aunque reconoció que la pandemia ha generado leves retrasos en el cronograma, fue enfática en afirmar que el Canal del Dique no tiene marcha atrás.

“No podemos frenar más este proceso. ¡Aquí estamos, manos a la obra, el tiempo que nos demoremos! El Canal del Dique vino a ser, por fin, una realidad”, recalcó. Y añadió que este Gobierno está firme en saldar la deuda histórica de Colombia con Bolívar, Sucre y Atlántico.

“Es inaceptable que nos hayamos demorado más de 60 años en tomar una decisión política que se ha debido tomar mucho antes, a un costo económico infinitamente menor. Hoy estaríamos viendo mejor desarrollo para esta región Caribe y para Bolívar. Ahora, lo importante es esta voluntad política del Presidente Iván Duque, que me facilitó dedicarme a trabajar con mucha gente, para ver cómo sumábamos esfuerzos entre todos”, señaló.

Resaltó que la mano de obra para la construcción de este Canal será local, y que se espera mejorar la calidad de vida de los 20 municipios de la zona de influencia, donde la pobreza alcanza niveles del 30%. “Que este tipo de foros sirva para decirle a las comunidades que ellos van a ser los principales beneficiarios de esta obra. Vamos a vincularlos a ellos como trabajadores; esto va a ser con gente local, para que genere empleos locales. Y va a venir de la mano, con una serie de compromisos sociales”, dijo.

Así mismo, sostuvo que el Canal del Dique será más que una obra de ingeniería. “También va a tener unos muelles en los municipios. Es indispensable que los diseños que ya están elaborados, incorporen esta visión del desarrollo para lograr que estos muelles atraigan turismo, que podamos tener un turismo de veleros, que la gente pueda pasear por el Canal, parar en los distintos municipios, bajarse a un restaurante, hacer compras. Sobre todo, tener en cuenta cómo esto nos va a renovar la industria de la pesca -prácticamente acabada por la sedimentación-. Es muy importante tener en cuenta que esta obra va a limpiar el agua, evitar que el sedimento siga llegando a la bahía de Cartagena y generando esta destrucción aterradora del coral, del mangle”, manifestó.

En este sentido, afirmó que también será un dinamizador del comercio exterior. “No solamente es un canal multipropósito, que tal como fue concebido, habrá de servir para el transporte de mercancías desde el centro del país hacia Cartagena; nos va a dar la oportunidad de tener otro eje de salida de los productos del comercio exterior colombiano. ¡Tenemos que pensar en grande!”, puntualizó.

Por su parte, la Ministra de Transporte Ángela María Orozco indicó que  las obras que se realizarán en el Canal de Dique serán prioritariamente de adaptación al cambio climático “y más que hablar de navegabilidad tenemos que hablar de un proyecto que va a beneficiar a 20 municipios, 11 de Bolívar, 8 de Atlántico y uno de Sucre donde habitan cerca de 1.508.000 personas, quienes esperan no se vuelvan a presentar tragedias como las ocasionadas en el 2010, además, se convertirá en una oportunidad de desarrollo ambiental y ecoturístico. Este es el proyecto más importante de América latina no solo por la inversión sino por el impacto ambiental que tendrá”, aseguró.

• Para finalizar, la Vicepresidente subrayó que este Gobierno deja una semilla de infraestructura sembrada, que debe proyectarse como política de Estado. Y que, aunque el Canal del Dique, será inaugurado por otro gobierno, la recompensa es saber el impacto positivo que tendrá en las comunidades, el que será uno de los cinco canales más largos del mundo.

La voz de los expertos

Durante el panel de expertos, en el que se compartieron experiencias internacionales, hubo nutridas recomendaciones, para afinar el proyecto del Canal del Dique. Ulrich Zachau, Director del Banco Mundial para Colombia y Venezuela, ratificó el apoyo del organismo en esta megaobra. “Estamos listos para apoyar el esfuerzo conjunto de este proyecto del Canal del Dique para asegurar que los beneficios de este proyecto sean percibidos por los ciudadanos colombianos. Ratificamos todo el apoyo de nuestro organismo al Gobierno de Colombia”, indicó.

Por su parte, José Vicente Mogollón, exministro de Ambiente, y uno de los expertos fundamentales en la materialización de este proyecto, destacó la importancia de la obra para las poblaciones ribereñas. “La primera comunidad que hay que atender es Boca Cerrada porque por el aumento del nivel del mar, muchos pobladores han tenido que salir de allí a buscar tierras más altas. Hay que hacer algo por la gente porque la situación es realmente dramática”.

A su vez, Martín Arrau, Intendente de la Región Nuble, en Chile Arrau, se refirió al Embalse La Punilla, en el sur del país austral: el rol del Estado en su construcción, las modalidades de desarrollo de las obras de riesgo, entre otros aspectos. “Es muy importante que el Estado intervenga en este tipo de obras, de una manera firme y total, para garantizar el éxito de la misma, minimizar los efectos negativos que se puedan presentar y dar libertades suficientes para que las comunidades masifiquen sus beneficios”.

A su turno, desde Marsella, en el sur de Francia, Phillipe Saura, subrayó que para que este tipo de proyectos tengan éxito y lleguen a buen término es necesario que se sumen esfuerzos entre la gobernanza, el sector privado y las comunidades. “Debe haber consenso entre los interesados sobre la pertinencia del proyecto desde el principio. Las principales autoridades locales deben fusionar sus derechos de agua y decidir un proyecto más común. Todos los accionistas públicos deben estar representados en la Junta Directiva que aprueba el presupuesto, incluyendo las tarifas de agua y el programa de inversiones”.