Proceso de paz

El presidente Santos ante el Parlamento sueco, en vivo

 

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La transmisión en vivo ya terminó
Premio Nobel de la Paz 2016Estocolmo , lunes, 12 de diciembre de 2016
SIG – SIGLa paz de mi país es también un logro de Suecia y hoy quiero compartirlo con ustedes, afirmó el Presidente Santos ante el Parlamento Sueco

 

Estocolmo , lunes, 12 de diciembre de 2016
SIG – SIG
La paz de mi país es también un logro de Suecia y hoy quiero compartirlo con ustedes, afirmó el Presidente Santos ante el Parlamento Sueco

• El Jefe del Estado agradeció en Estocolmo el apoyo a Colombia y compartió con esa nación el  Premio Nobel de Paz 2016 que recibió el sábado pasado. 
• Añadió que Colombia cuenta con Suecia en la etapa del posconflicto en temas como el desminado, la creación de la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos y la protección de los derechos humanos.

La Princesa Victoria, esposa del Rey Carlos Gustavo de Suecia, y quien estuvo en Bogotá en octubre pasado, saluda al Presidente de Colombia, en la entrevista celebrada este lunes en el Palacio Real de Estocolmo.

El Presidente Juan Manuel Santos compartió este lunes con Suecia la paz acordada en Colombia y agradeció al pueblo sueco “por su amistad, por su generosidad y por su presencia solidaria”.

“Suecia nos ha acompañado, desde hace décadas, en el trabajo por la paz, por los derechos humanos y por el fortalecimiento de la democracia, y Colombia reconoce y valora su aporte generoso”, manifestó dos días después de recibir en Oslo el Premio Nobel de Paz 2016, el día en que se conmemoraban 120 años del fallecimiento de Alfred Nobel.

El Presidente de Colombia recibió la bienvenida por parte del líder del Riksdag o asamblea legislativa del Reino de Suecia, el socialdemócrata Urban Ahlin.

“Y no podía dejar de venir a Suecia, la nación del Nobel, para compartir con ustedes este momento excepcional, no solo para mí, sino para mí país y para el mundo que celebra la paz de Colombia”, señaló el gobernante.

El Presidente Juan Manuel Santos con el Rey Carlos Gustavo XVI de Suecia y la Princesa Victoria, durante la audiencia celebrada este lunes en el Palacio Real de Estocolmo.

Subrayó que esa distinción “no es un galardón para exhibir en la vitrina del orgullo personal. Es un premio que implica una enorme responsabilidad, un premio que me compromete mucho más, mucho más aún, para seguir trabajando por la paz de Colombia y por la paz del mundo”.

El Mandatario se declaró complacido de poder compartir el galardón con Suecia, “una nación lejana en la geografía, pero tan cercana a los afectos y los intereses de Colombia. Una nación que ha sido firme aliada de nuestro país en la búsqueda de la paz”.

Luego de referirse a los vínculos históricos de los dos países, recordó el viaje efectuado en octubre del año pasado a Colombia por la princesa Victoria, esposa del Rey Carlos Gustavo de Suecia.

El Jefe del Estado colombiano declaró que hoy pudo hablar en Estocolmo de paz después de haber logrado un acuerdo con la guerrilla de las FARC que significa, ni más ni menos, el fin de una guerra interna de más de 52 años en Colombia.

“Hoy, distinguidos miembros del Parlamento Sueco, vengo ante ustedes para compartir con el pueblo de Suecia el acuerdo final para la terminación del conflicto con las FARC, un acuerdo que logramos tras seis años de negociaciones discretas, serias y difíciles, y que hoy puede servir como modelo para un mundo donde aún quedan muchos conflictos por resolver”, expresó.

Reiteró que del proceso de paz en Colombia se pueden derivar varias lecciones, entre ellas aprender de la experiencia propia y de la experiencia ajena, es decir, de los intentos de paz que se realizaron previamente en Colombia y de otros procesos de paz en el mundo, como los de Centroamérica, Sudáfrica e Irlanda del Norte, que nos sirvieron como referencia.

Otras lecciones son la necesidad de tener una agenda concreta y realista, la importancia de mantener las conversaciones en el exterior y de una forma discreta; y sobre todo, poner a las víctimas y sus derechos en el centro de la solución del conflicto.

“Este no fue simplemente un proceso entre dos bandos para determinar cómo terminar la guerra. Fue un proceso que tuvo en cuenta que esa guerra nos había dejado más de 8 millones de víctimas y desplazados, y más de 220 mil muertos, y que es imposible avanzar hacia una paz estable y duradera si no se cierran las heridas”, anotó.

Hizo énfasis en que “el meollo de la negociación fue la garantía de los derechos de las víctimas a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición de la situación que los victimizó” y agregó que las víctimas del conflicto fueron la inspiración y las mayores impulsoras del proceso de paz.

“Por eso –repito– el Premio Nobel de Paz que recibí lo he dedicado, sobre todo, a esos millones de hombres, mujeres y niños que sufrieron la inclemencia de una guerra de más de medio siglo”, indicó.

De nuevo resaltó la importancia del apoyo internacional al proceso colombiano de paz.

Consideró que “el apoyo regional es indispensable para la solución política de cualquier guerra asimétrica”, y celebró que “hoy, por fortuna, todos los países de la región son firmes aliados en la búsqueda de la paz, que es el propósito más noble de cualquier sociedad”.

Y una vez más trajo a la memoria Gabriel García Márquez, quien hace 34 años recibió en la capital sueca del Nobel de Literatura.

“Hoy vengo a Estocolmo –la ciudad donde, en 1982, mi compatriota Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura– para decirles, en las palabras de este gran escritor, que Colombia ha ganado “una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Advirtió que “hay algo aún más difícil que hacer la paz, y es construir la paz a partir de un acuerdo. ¡Ese es el reto que ahora estamos asumiendo!”.

El Presidente de Colombia explicó que la construcción de paz tiene dos aspectos: el físico y espiritual.

Precisó que el físico son todas las tareas que hay que cumplir para la implementación del acuerdo, como la puesta en marcha del sistema de justicia transicional, el desminado humanitario del territorio, la reintegración de los antiguos guerrilleros a la vida civil, las reformas rurales y la sustitución de cultivos ilícitos.

Y el aspecto espiritual, que “es igual o más importante”, incluye un cambio de mentalidad, ya que “medio siglo de violencia afecta la capacidad de convivencia de una sociedad. Incluso, se llega a perder la capacidad de compasión frente al dolor ajeno”.

Subrayó que por eso se requiere promover la reconciliación, el respeto, la tolerancia y la cultura de la legalidad, valores en los que sobresale Suecia.

“Y debo decir, con satisfacción, que en esta desafiante etapa de construcción de paz contamos también con el bienvenido apoyo del pueblo sueco”, agregó el Presidente.

Indicó que ya hay acuerdos para cooperar en temas esenciales para la implementación del acuerdo, como la creación de la Unidad de Búsqueda de Desaparecidos y, en general, los puntos de derechos humanos y de enfoque de género para las víctimas.

Además, Suecia es parte, junto con otros países, de la Iniciativa Global de Desminado, y está aportando importantes recursos para tres fondos internacionales que apoyarán la fase de posconflicto en Colombia.

Aseguró que esos fondos “nos ayudarán a convertir la paz en prosperidad, progreso y equidad para todos los colombianos, y, en particular para las regiones que fueron más afectadas por el conflicto”.

“La paz de Colombia es una buena noticia no solo para los colombianos sino para toda la región de América Latina y el Caribe, y para el mundo entero. La paz de mi país –este logro que hemos perseguido por tantos años– es también un logro de Suecia, y hoy quiero compartirlo con ustedes”, concluyó.

(Fin/gta)