El 20 de julio no fue el primero ni el último grito de la Independencia de Colombia, registran historiadores
- Pocos conocen la verdadera historia de la Independencia del país
- El pasaje del Florero de Llorente, y la victoria militar sobre los realistas en los nueve años siguientes, se convirtió desde entonces en el mito fundacional de una nación que, 211 años después, no ha dejado atrás la violencia ni la pugna política y cultural sobre los pilares del Estado.
1. El 20 de julio no fue el primer ni el último grito de independencia
- Una de las principales quejas de los historiadores es que fijar el 20 de julio como el día más importante de la independencia es una lectura desde Bogotá que ahonda uno de los principales problemas de Colombia: el regionalismo.
Si se le pregunta a un cartagenero cuándo fue la independencia, seguramente dirá que fue el 11 de noviembre de 1811.
- En efecto, ni el virreinato de la Nueva Granada ni lo que en 1819 se convirtió en la Gran Colombia eran territorios homogéneos que respondíeran a un poder central, sino que conformaban un conjunto de complejas y muy diversas poblaciones.
Cada una de ellas tuvo su propio proceso independentista. Y algunos —como Cali, Buga y Socorro— Lo comenzaron antes del 20 de julio.
Según nuevas investigaciones, “haber establecido el 20 de julio como símbolo de la independencia respondía a los intereses políticos de la élite que lo creó”; hacen referencia al grupo de políticos bogotanos y radicales, que en 1873 decretaron ese día como fiesta nacional.
2. El proceso fue tan civil como militar
- Aunque la historia oficial suele describir la independencia como una victoria del ejército de Simón Bolívar, el escenario social y cultural dentro del cual se dio esa lucha fue tan o más importante que la gesta del libertador.
“Para entender la victoria militar hay que ver por qué se estaba peleando”, dicen historiadores del departamento de historia de la Universidad del Rosario.
“No solo se peleó porque había una voluntad de liberarse de la Corona, sino porque se buscaba una igualdad de derechos entre los ciudadanos”.
Inspirados en la Declaración de Derechos del Hombres, el documento fundamental de la revolución francesa que tradujo Antonio Nariño en 1795, miles de indígenas, afrodescendientes y mujeres hicieron parte de la lucha de independencia en busca de reivindicar sus derechos como ciudadanos.
- Y aunque esos derechos se fueron ampliando lentamente desde 1810, sobre todo con la constitución de Cúcuta de 1821, los críticos apuntan que esa demanda sigue pendiente 211 años después: Colombia es, hoy, uno de los países más desiguales del mundo.
- 3. La independencia no acabó las guerras (ni significó una independencia completa)
Más que un acontecimiento, la independencia fue —o es— un proceso.
- De hecho, las independencias en América Latina no solo respondieron a las gestas libertadoras, sinDe hecho, las independencias en América Latina no solo respondieron a las gestas libertadoras, sino a dos hechos sustanciales: el debilitamiento del Imperio español en medio del auge de Napoleón y la crisis sanitaria que sufrieron los españoles por infecciones como la viruela y la fiebre amarilla.o a dos hechos sustanciales: el debilitamiento del Imperio español en medio del auge de Napoleón y la crisis sanitaria que sufrieron los españoles por infecciones como la viruela y la fiebre amarilla.
Entender esa complejidad es clave. “La historia no es un hecho del pasado, sino del presente y que sigue vivo” afirman los historiadores.
- Los siglos XIX y XX en Colombia fueron una sucesión de guerras civiles que hoy, en el XXI, siguen latentes.
Cuando se cumplen 211 años de la independencia, Colombia lucha todavía por La Paz, enfrentando conflictos con grupos varios armados ilegales.
- Los historiadores se quejan también de que la historia oficial tiende a relatar la independencia como una lucha entre buenos y malos. Y no fue así.
Por un lado, porque en ambos bandos hubo hombres y mujeres, élites y subalternos, blancos, mestizos, indígenas y afrodescendientes, neogranadinos realistas y españoles independentistas.
- Por el otro, porque hubo criollos que pelearon a favor de la Corona y españoles que lucharon en pro de la independencia.
De hecho, hubo casos de indígenas que estaban con los realistas porque temían que el nuevo régimen significara un aumento de los impuestos.
- Colombia es uno de los países más fragmentados de América Latina: geográfica, política, racial y culturalmente. Pero el mito de la independencia, dicen los historiadores, omite esa diversidad.