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Colombia amanece cargada de esperanza bajo el nuevo gobierno de Gustavo Petro ◇ Por Eco

  • No cabía un alma más en la Plaza de Bolivar. Miles de personas presenciaron la ceremonia de posesión de Gustavo Petro como el nuevo presidente de Colombia.
 Después de haber hecho el juramento ante el presidente del Congreso y puesta la banda presidencial de manos de María José Pizarro, que lo acreditaban como el mandatario de los colombianos del período 2022-2026, Petro antes de pronunciar su discurso presidencial ordenó  al cuerpo militar de La Casa de Nariño traer desde allí la espada de Bolívar.
Luego de cumplirse este hecho sorpresivo y trascendental Gustavo Petro inició su discurso de contenido profundo y propositivo. “Hoy empieza la Colombia de lo posible. Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder. Pero lo logramos. Hicimos posible lo imposible”, fueron las primeras palabras del nuevo mandatario.

Y prosiguió con “Hoy empieza nuestra segunda oportunidad. Es la hora del cambio, nuestro futuro no está escrito. Hoy empieza la Colombia de lo posible, somos dueños del esfero y del papel, y podemos escribirlo juntos, en paz y en unión”.

Y sobre uno de sus principales propósitos, expresó de manera contundente:  “Tenemos que terminar, de una vez y para siempre, con seis décadas de violencia y conflicto armado. Se puede. Cumpliremos el Acuerdo de Paz, seguiremos a rajatabla las recomendaciones del informe de la Comisión de la Verdad y trabajaremos de manera incansable para llevar paz y tranquilidad a cada rincón de Colombia. Este es el Gobierno de la vida, de la Paz, y así será recordado”.

Petro dice que la paz es posible si se lleva a cabo el diálogo social en todo el territorio colombiano, y explicó las razones por las que es necesaria y urgente un reforma tributaria, que será expuesta en la mañana de este lunes 8 de Agosto.

“Hemos priorizado en el presupuesto la infraestructura de la educación, de la salud, del agua potable, de los distritos de riego y de los caminos vecinales. Los impuestos no serán confiscatorios, simplemente serán justos, en un país que debe reconocer como aberración la enorme desigualdad social en la que vivimos”, enfatizó.

“Llegó el momento de ser conscientes que el hambre avanza. Que avanza por todo el mundo porque se derrumbó una idea de seguridad alimentaria basada exclusivamente en el comercio internacional. El comercio internacional en sí mismo no es ni positivo ni negativo, pero si no se maneja con inteligencia y se planifica puede destruir economías y vidas”, indico’.

“En la tierra en donde el ser humano descubrió el maíz debemos producir de nuevo maíz. El Estado tendrá que brindar riegos, créditos, técnicas, semillas mejoradas, protección; el campesinado y la empresa privada pueden brindar el trabajo y el empeño cotidiano para lograr que nuestros campos vuelvan a producir los alimentos que necesita nuestro pueblo”, agregó.

Terminó su discurso agradecido y positivo: “Uniré a Colombia. Uniremos, entre todos y todas, a nuestra querida Colombia. Tenemos que decirle basta a la división que nos enfrenta como pueblo. Yo no quiero dos países, como no quiero dos sociedades. Quiero una Colombia fuerte, justa y unida. Los retos y desafíos que tenemos como nación exigen una etapa de unidad y consensos básicos. Es nuestra responsabilidad”, aseguró.

Con vítores y aplausos ingresó al palacio presidencial el nuevo mandatario del país, mientras el presidente saliente, abandonaba abucheado la Casa de Nariño.

(Fin)