Notas

Las ‘Satánicas Majestades’ reinan en La Habana

14ymedio, Cuba

 14 y m 2 The-Rolling-Stones-Habana_CYMIMA20160325_0065_16, La Habana |

Con un sonoro “hola Habana, buenas noches mi gente de Cuba”, gritado en español por Mick Jagger, comenzó este viernes a las 8:30 pm el que muchos consideran el concierto del siglo en la Isla. La banda de rock británica The Rolling Stones rompió a tocar con el tema Jumping jack flash y la Ciudad Deportiva de La Habana se llenó de contoneos y aplausos.

Las “Satánicas Majestades”, eligieron a Cuba para poner punto final a su gira latinoamericana Olé Tour, iniciada en Argentina y que ha llevado a la mítica banda a Uruguay, Perú, Colombia, Brasil y México. En la Isla su única presentación es gratuita y atrae a una multitudinaria audiencia de diferentes generaciones y muy diversas nacionalidades. Bajo una luna llena de ensueño y en una noche fresca, el espectáculo muestra una muy cuidada organización y unos recursos técnológicos nunca vistos por estos lares.

Pocas horas antes de que sonara el primera acorde, una anciana intentaba abrirse paso cerca de la esquina que hacen la avenida Boyeros y Vía Blanca. Un mar de gente le impedía avanzar y la molestia la llevó a gritar “¡Este país ha perdido la vergüenza!” Una reacción que solo escucharon unos pocos de los miles de seguidores de The Rolling Stones que se congregaban en el lugar para el mítico concierto de esta noche.

La imagen de una boca procaz se veía desde temprano por todos lados y contrastaba con el color verde del césped de la Ciudad Deportiva. Este viernes el lugar parece poseído por una epidemia de alegría y desparpajo. “¡Jagger, Jagger!” improvisaban una docena de muchachos a coro con la intención de hacerse oír en medio del concierto.

Por todas partes asoman los uniformes policiales y la cara adusta de varios oficiales vestidos de verde olivo. Para muchos de ellos, esta es la noche más difícil de su vida en servicio. “Aquí hay que estar con los cuatro ojos abiertos”, bromeaba un joven policía que aprovechó un descanso para comprar un refresco azucarado a un vendedor ambulante.

Mick Jagger, el guitarrista Keith Richards, el bajista Ron Wood y el batería Charlie Watts, arribaron a la capital cubana este jueves y desde que el avión tocó tierra las expectativas se multiplicaron

Perteneciente a la estación de policía de la calle Infanta y Manglar, el joven detalla que llevan varios días preparándose para esto. “Hemos vivido tremenda semana” apunta y agrega que no se la desea ni a su “peor enemigo”. Con la visita del presidente estadounidense Barack Obama y ahora la llegada de sus “satánicas majestades”, miles de policías de La Habana están acuartelados y apenas pueden salir de sus unidades.

Sin embargo, a diferencia de años atrás donde los uniformados arremetían contra esos seres excéntricos que escuchaban rock y veneraban a “los Rolling”, esta vez sus superiores les han aclarado que “nada de escenas, que esto está lleno de cámaras de periodistas extranjeros”, confiesa el joven mientra degusta el refresco instantáneo con sabor a naranja.

Mick Jagger, Charlie Watts, Keith Richards y Ronnie Wood arribaron a la capital cubana este jueves y desde que el avión tocó tierra las expectativas se multiplicaron. “Ahora sí que me creo que es verdad, porque hasta que no estuvieran aquí me parecía un globo”, cuenta a 14ymedio un ingeniero cubano seguidor de la música de The Rolling Stones.

Desde la noche del jueves los fanáticos más precavidos trataron de quedarse en los alrededores del lugar, pero la policía impidió cualquier campamento alternativo. Algunos se refugiaron en cafeterías cercanas o merodearon de un lado a otro hasta que amaneció. La gran mayoría son seguidores de la banda, pero otros ni siquiera pueden mencionar el título de una de sus canciones.

“Esto es lo más importante que va a ocurrir este año y por eso no me lo he querido perder, pero la verdad es que es mi papá el que los escucha más”, reconoce un adolescente que ha venido con una bandera británica que agita de un lado a otro. “Como Obama no hizo su discurso en público, pues mucha gente se quedó con las ganas y ha venido para acá”, detalla.

En una semana de infarto, los residentes en la capital cubana han visto a La Bestia recorrer sus calles llevando al mandatario estadounidense y, ahora, se le suma al ajetreo por la banda oriunda de Londres

En una semana de infarto, los residentes en la capital cubana han visto a La Bestiarecorrer sus calles llevando al mandatario estadounidense, lo mismo a una paladar que al Palacio de la Revolución. Ahora, se le suma al ajetreo por la banda oriunda de Londres, para la que se ha montado el más espectacular escenario que “ojos humanos han visto” en esta Isla, bromean algunos. Custodiar cada detalles de esa imponente mole, para que no terminaran desapareciendo en el mercado informal y repartiéndose como gotas en el océano de necesidades materiales que viven los cubanos, ha sido una tarea también heroica.

Muchos turistas aprovecharon la presencia de los rockeros en la Isla para asistir a su espectáculo y otros llegaron desde remotos lugares tras sus ídolos musicales. Variosturoperadores privados prometieron “una semana irrepetible” que combinaba la primera visita de un presidente estadounidense en casi noventa años y el espectáculo de los legendarios rockeros.

En medio de la euforia se escuchan las críticas por la mala distribución de los baños en el lugar, la ausencia de una conexión wifi a internet y la existencia de una zona VIP más cercana al escenario para invitados, solo con invitación y separada con rejas del resto del público. “Siempre hacen lo mismo, cuando lo que quieren estos músicos es que en sus conciertos todo el mundo se mezcle”, cuenta Loraine, estudiante de la Escuela Nacional de Arte (ENA).

Por todas partes hay teléfonos móviles que filman o hacen fotos para llevarse a casa y equipos de periodistas que tratan de captar los momentos más intensos. El documental que narra la gira latinoamericana de la banda, una vez listo, será transmitido por la televisión estatal cubana. Pero muchos prefieren tener su propio material audiovisual sobre lo que ocurra y no paran de hacerse selfies o pequeños videos.

La fascinación que ejercen los cuatro integrantes del legendario grupo que ha inmortalizado temas como Satisfaction o Start me up , trasciende el espacio musical. Para muchos, Mick Jagger es el anti “hombre nuevo”. Irreverente, con una vida sentimental plagada de escándalos, la sombra de las drogas sobrevolándolo y… esa boca que convoca a la libertad individual y a los placeres, el vocalista de The Rolling Stones, no gozó del favor de la programación televisiva nacional por varias décadas.

“Ahora están aquí y parece que hemos sido amigos toda la vida, pero conozco gente que fue amonestada en público por escucharlos”, comenta a este diario Pablo, de pelo ya blanco y quien ha venido con su nieto de siete años. “Un amigo mío le rajaron el pantalón con una tijera porque se lo ponía muy apretado en las piernas como todos estos rockeros”, recuerda. “Otros durmieron noches en calabozos o fueron humillados en sus escuelas por seguir a este grupo”.

Pablo lleva una camiseta con una bocaza que parece burlarse del tiempo. Asegura que va a vivir este concierto como si fuera “una venganza”. Lo dice entre risas, pero en un momento se pone muy serio y concluye que “hemos ganado nosotros, los que nos gustó siempre el rock aunque nos decían desviados ideológicos”. Cerca pasa el vendedor de refrescos y el nieto pide a gritos un vaso de aquella mezcla de agua, extracto sintético y mucha azúcar. “Este” termina Pablo y señala al niño, “este va a poder escuchar lo que le dé la gana”.