El Sudario de Turín ◇ ¿Milagro o fraude? ◇ Por Eco
- La sábana en que fue envuelto el rostro de Jesús después de haber sido crucificado, se venera en Turin (Italia) con el nombre de “El Santo Sudario de Turin”.
Se trata de una tela de lino que muestra la imagen de un hombre que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión.
- Se custodia en Turín, en la capilla de la Sábana Santa —construida expresamente para ese fin a finales del siglo XVII (1668-1694), durante el reinado de Carlos Manuel I de Saboya, duque de Saboya.
Actualmente, el sudario se conserva dentro de una urna de alta tecnología en una catedral de Turín.
- El sudario es una sola tela que mide 4,42 metros (14 pies y 6 pulgadas) de largo y 1,13 metros (3 pies y 8 pulgadas) de ancho. Además, tiene una tira de 8 centímetros (3 pulgadas) cosida a lo largo.
Las escasas menciones en la Biblia del Santo Sudario, la sábana nueva y limpia en la cual José de Arimatea, con ayuda de Nicodemo, envolvió el cuerpo de Jesús tras su muerte en la cruz, se concentran en los Evangelios. En Juan 20:5-8 dice: “se inclinó (Juan) y vio las vendas en el suelo; pero no entró. Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte”.
- Los orígenes del Santo Sudario y su figura estampada han sido objeto desde hace décadas de un arduo debate entre científicos, teólogos. Para unos es un “fraude medieval”, mientras que para otros, el pedazo de tela amarillenta, raída, sucia, manchada de sangre y quemada- realmente fue la mortaja que se colocó sobre el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y que el cuerpo y el rostro que allí aparecen son los suyos.
Según la tradición, el apóstol Pedro conservó el manto con que fue envuelto el cuerpo de Jesús después de haber sido bajado de la cruz, manto que él mismo habría encontrado en el sepulcro vacío el domingo de resurrección (Lucas 24,12).
- Posteriormente diversas crónicas refieren que personajes históricos como San Cirilo de Jerusalén y San Gregorio Naciaceno (del siglo III); Juan, patriarca de Constantinopla; San Germán, obispo de París del siglo IV y San Leandro de Sevilla del siglo VI afirmaron que el “lienzo de Cristo” sí existía.
La primera ciudad donde el lienzo habría sido expuesto fue en Edesa, ciudad de la Mesopotamia superior ubicada entre Anatolia y Persia. En un manuscrito del siglo VI se cuenta que el rey Ukhamm (9-46 d.C.), al saber que en Jerusalén un gran profeta había sido crucificado, logró obtener la “efigie” del santo, milagrosamente estampada sobre un lienzo de lino.
- Posteriormente, la santa reliquia fue llevada a Constantinopla (Turquía), capital del nuevo imperio romano, en el año 994, siendo exhibida en la basílica de Santa María del Faro, hasta cuando los caballeros templarios se apoderaron del sagrado lienzo.
En el siglo XIV pasó a manos del duque Geoffroy de Charny, quien lo expuso en la iglesia de Lirey, y después fue llevado a Turín en 1578, a la casa real de los Saboya. Desde entonces ha permanecido bajo la custodia de la arquidiócesis de Turín, en la capilla real de la catedral de San Juan.
- El 28 de mayo de 1898, el abogado y fotógrafo aficionado italiano Secondo Pía, al hacer las primeras fotografías del Sudario en un lienzo exibido en la iglesia de Lirey en Francia, se llevó una gran sorpresa en el cuarto oscuro: la imagen en negativo apareció majestuosamente como una imagen en positivo con extraordinaria claridad y detalle.
“Encerrado en el cuarto oscuro, concentrado en mi trabajo, sentí una gran emoción cuando, durante el revelado, vi aparecer primero el Santo Rostro en la placa con tal resolución que me sorprendí y alegré pues desde ese momento pude estar seguro del buen resultado de mi obra de arte”, relataría el fotógrafo turinés, cuyo primer descubrimiento fue que la imagen en realidad era el “negativo” de la impresión de un hombre difunto: En efecto, si la imagen aparecía como un “perfecto positivo”, el objeto no podía ser otra cosa que un “perfecto negativo”.
- Con respecto a cómo se habría formado la increíble imagen tridimensional en el Santo Sudario, se estima que se debió a algún fenómeno desconocido, no reproducible a voluntad, como algún tipo de radiación corpuscular o electromagnética.
Como un cadáver humano carece de la capacidad de producir tales y sorprendentes efectos, habría que aceptar entonces algún tipo de intervención sobrenatural.
- La imagen, según expertos de la NASA en 1977, tiene propiedades tridimensionales que no pertenecen ni a las pinturas ni a las fotografías, es decir, no podría tratarse de una falsificación.
En 1981 científicos del grupo STURP (Shroud of Turin Research Project), que analizaron el Santo Sudario valiéndose de las últimas tecnologías, concluyeron lo siguiente: la imagen, que tenía un carácter tridimensional, no había sido hecha con pintura; las manchas de sangre y el torso se habían producido por contacto; la imagen del rostro no se había producido por contacto y la supuesta sangre era realmente sangre (presencia de hemoglobina y albúmina).
- El STURP concluyó su informe afirmando que no se conocía ningún procedimiento químico o físico que pudiera dar lugar a la imagen y que, desde luego, no era obra de un artista sino la impronta del cuerpo de un crucificado.
Sinembargo “Pruebas de radiocarbono realizadas en 1988 indican que la tela es una falsificación hecha entre 1260 y 1390, es decir, en la Edad Media: más de mil años después de la muerte de Cristo”.
“Otros científicos ponen en duda esos análisis y piden al Vaticano que ordene nuevas pruebas con técnicas más modernas”: BBC
- Pese a las controversiales opiniones de científicos e historiadores, el Sudario de Jesús crucificado sigue siendo venerado con absoluta, fe por la cristiandad católica en Turín.