Caribe

José D. Name: El antes de la crisis y el hoy de la solución al problema eléctrico

La falta de planeación y los sobrecostos marcaron el ayer de la crisis eléctrica, con drásticos racionamientos de energía. Hemos estado al borde de otro apagón hace pocas semanas. La cercanía de la paz y el desafío de un mayor desarrollo obligan hoy a soluciones radicales y prácticas.

Colombia y en particular la Costa Caribe requieren garantizar su futuro energético sin más rodeos, en el marco de un proceso que he decidido llamar “Más Energía a la Luz del Posconflicto”. Lo más complicado es el abastecimiento eléctrico en el Caribe colombiano, con tarifas onerosas ante los consumos por altas temperaturas.

Vivimos una coyuntura que facilitó adoptar un nuevo plan de expansión eléctrica, con énfasis en energías limpias. Una virtud a la que el gobierno le niega sus fortalezas retrasando inexplicablemente la reglamentación de la Ley 1715 del 13 de mayo de 2014, que es de mi autoría. Mientras los demás países vuelan con alas de energías renovables, nosotros gateamos a paso de tortuga enferma. En lo que al sistema eléctrico refiere, visualizó una solución en tres escenarios con relevancia en el caso de la Costa Caribe.

Frente al drama Electricaribe, primer escenario, planteo un futuro basado en un mercado A y un mercado B, que reúne a los clientes de mayor y menor consumo atendidos por dos empresas. En un segundo plano ubico la Cultura de la Legalidad como política de Estado y en el tercero propongo una gran Asociación Púbico Privada como APP Energética que defina un Operador Nacional de Energías Limpias que articule y desarrolle lo que el plan nacional de expansión señala para las fuentes renovables.

Pienso que el gobierno seguirá trabajando con Electricaribe el tema regional, que podría ensayar un esquema de mercados A y B bajo la tutela del actual operador. Uno representa el mercado de mayor consumo (A), grandes clientes, y zonas urbanas de intensa productividad. El otro asume el mercado B, al que no se le pueden cobrar las tarifas comerciales que en la práctica definen la rentabilidad de una empresa eléctrica y requiere subsidios del Estado. Hablamos de ciudades y municipios que tienen una economía precaria.

Para tal efecto se establecería una tarifa subsidiada de venta, teniendo en cuenta lo siguiente: Quien le vende al gran mercado recibe, por ejemplo, el kilovatio a 8 pesos y lo vende a 16 pesos para tener un diferencial de recuperación de costos. Pero en las zonas deprimidas lo tiene que comercializar a 7 pesos, o sea a pérdidas, lo que obliga a comprar energía subsidiada. Podría convenir entonces la especialización en dos empresas bajo el modelo Electricaribe para las áreas de mayor y menor dinámica, en donde los que pagan más financian a quienes menos tienen. Una especie de Fosyga eléctrico. En este contexto, a Electricaribe debería permitírsele ser generador de la energía que distribuye.

Un segundo escenario es la adopción de una política de Estado que incentive la normalización eléctrica en zonas rurales y urbanas y establezca la cultura de la legalidad en aquellas en donde prevalecen las pérdidas técnicas y el robo de energía, poniendo en riesgo la vida misma. Aquí juega la oportunidad de normalizar con base en energías limpias, que sirve en bandeja la ejecución de un tercer escenario.

Teniendo a mano la ley 1715, las energías renovables pueden inspirar un plan piloto nacional con inicio en el Caribe para llevar energía sin mayor peligro a zonas subnormales y dotar de una fuente de suministro económico a 225 mil nuevas casas de las que se ha comprometido entregar el Gobierno del Presidente Santos al final de su mandato.

Por ejemplo, el costo de dotar un hogar con energía solar es de 1.5 millones de pesos. La mitad es financiada por el Gobierno. La inversión se recupera en un año y el 100 por ciento de ella se obtiene a préstamo. Con el ahorro que se causa se cubre el préstamo. Podría pensarse en tomar un billón de pesos de la venta de Isagen, vía Financiera de Desarrollo Nacional, para avanzar en la solución.

Tenemos la urgente necesidad de ir más allá del Plan5Caribe y de las confrontaciones públicas, porque podemos echar mano de lo que tenemos y llegar en menor tiempo posible a las soluciones que queremos. Por favor visite www.josedavidname.com o escríbame a jname@josename.com